Socios a la fuerza

 

Un 18 de marzo, pero de 1934, jugó su primer encuentro oficial la Unión Talleres- Lanús. Una fusión forzada, destinada al fracaso económico y deportivo, que estaba en contra de la voluntad de directivos y socios.

 

 

Un poco de historia

Talleres había llegado a primera división en 1926, tras vencer 1-0 a San Telmo en cancha de San Lorenzo el 22 de noviembre del año anterior, en una recordada final por el ascenso a la máxima categoría del fútbol. Fútbol que estaba dividido en dos asociaciones: Asociación Argentina, por un lado, y Asociación Amateurs, por el otro – en la que participaba Talleres-. A fines de 1926 se fusionaron ambas asociaciones, y en 1931, un grupo de 18 clubes –entre ellos Talleres y Lanús- se escindieron de Asociación, y fundaron la Liga Argentina de Football, que se denominaría A.F.A. a partir de 1934. Fueron fundamentales las gestiones de Juan Nelusco Perinetti, presidente de Talleres en la inclusión de nuestra institución entre aquel grupo selecto de entidades.

 

El profesionalismo

Si bien Talleres había contado significativos progresos desde su llegada a la máxima categoría – como la compra de su terreno de deportes de Timote y Rosales, y la construcción de su nueva y definitiva cancha, el levantamiento de nuevas tribunas, el aumento de su masa societaria, que pasó de 628 socios en 1925, a 1209 asociados un año después-, la realidad del profesionalismo indicaba que debían afrontarse mayores erogaciones para conformar planteles competitivos: Talleres apostaba a un mix de futbolistas surgidos de sus divisiones inferiores, algunos con experiencia y fama internacional – como el arquero Ángel Bosio y el delantero Luis Zubizarreta- y a jugadores “chacareros”, aquellos provenientes del interior del país, principalmente de Buenos Aires – como los bahienses Aníbal Troncoso e Isaías Romano y el zarateño Luis Rojas. Las buenas actuaciones de los mencionados, motivaban el interés de los clubes de mayor poderío económico, y las ofertas que le llegaban a la directiva albirroja eran imposibles de descartar. Con lo cual, la tesorería del club se veía beneficiada, pero los encargados del fútbol debían reemplazar a aquellas figuras. Sin embargo, las campañas realizadas en 1931, 1932 y 1933 fueron irregulares y asomaron algunos problemas económicos en clubes como Talleres y los denominados “chicos”.

Una solución parcial

Transcurridos tres años de profesionalismo, las recaudaciones de los partidos mostraban una amplia diferencia en favor de los denominados “grandes”, en detrimento de instituciones como Talleres, Atlanta, Argentinos Jrs, Quilmes, Tigre y Lanús. En detrimento de éstos, los poderosos presionaron para reducir la cantidad de participantes del torneo. Ninguno de los “chicos” tuvo opción: Quilmes y Tigre fueron descendidos a segunda con el argumento que sus estadios no estaban en condiciones, y además, eran los clubes que menos recaudaban. ¿Y que pasó con los otro cuatro clubes? El futuro no era el más promisorio. Fueron obligados a fusionarse, a pesar de la marcada rivalidad y de ser instituciones con raigambre en cada barrio que las vio nacer y con características diferentes. Argentinos Jrs se fusionó con Atlanta, y Talleres con Lanús, no sin antes sortear los clubes sureños una serie de dificultades previsibles. Los grandes habían ganado.

 

Las bases de la fusión

Talleres celebró el jueves 22 de marzo una asamblea extraordinaria para tratar el asunto de la Unión. El acta de dicha asamblea menciona que “la Cd de Talleres, con fecha del 26 de Enero envó al Club Lanús una proposición de fusión que la CD de Lanús no aceptó, presentando ésta a la vez las bases a fin que fueran estudiadas por ambas CD. Con fecha del 27 de enero se recibe una nota d ela comisión de representantes de los clubs de la Liga de Football, invitando al club Talleres para antes del día 2 de febrero, presente conjuntamente con el club Lanús, su acuerdo sobre fusión de ambas instituciones, caso contrario, el tribunal arbitral procederá a dictar las bases de tal fusión antes del 9 de febrero.” Los socios de Talleres dejaron asentadas en el acta de la asamblea su disconformidad con la resolución tomada por los presidentes de los llamados clubes “grandes”. Otro párrafo de la asamblea, da cuenta de la inevitable resolución: “De nada valieron las razones especificadas. Estaba resuelto llevar a la práctica los deseos ya expresados por los clubs mayoritarios, y en consecuencia, el Tribunal Arbitral en su informe da a conocer lo resuelto por el mismo, en lo que respecta a la fusión de los clubs Atlanta y Argentinos Juniors, y Talleres con Lanús, por lo tanto, la comisión especial de Presidentes, con fecha de 9 de febrero, aprueba lo resuelto por el Tribunal Arbitral. La resolución, dada definitivamente, es por todos los socios conocida: se nos obliga a fusionarnos con el C.A.Lanús, al sólo efecto de mantener el football y su afiliación a la Liga de Football.”

El 2 de febrero, Talleres había entregado una nota a la comisión arbitral las bases de la fusión propuesta al club Lanús, y otra nota, solicitando a dicha comisión que quedara sin efecto la resolución de fusión. Pero como era de esperar, la Liga Argentina de Football hizo caso omiso a las peticiones de los clubes involucrados, y en el boletín 189 del 26 de febrero de 1934, oficializó la forzada fusión.

 

La comisión mixta

Una comisión formada por tres directivos de cada club determinaba los asuntos de la Unión. Talleres designó a los directivos Juan Rossi, Carlos Mojana y Ernesto Santos para integrar dicha comisión. El arreglo no escrito suponía que la condición de local era alternada por ambos clubes –la primera fecha, la Unión actuó como local en Rosales y Timote, mientras que en la tercera el estadio de Lanús fue el que recibió al rival de esa jornada- , y que el once titular estaba conformado por seis hombres “locales” y cinco “del otro club (Lanús, o Talleres).

Se redactó un reglamento interno, que entre otras disposiciones, obligaba a los jugadores a no faltar a los entrenamientos, asistir media hora antes del comienzo de cada partido al estadio donde se jugaría el encuentro. Existían penalidades por llegadas tardes a los entrenamientos y ausencias en los partidos, y deberes para el capitán -único autorizado a reclamar al juez cuando lo considerara justo-, y para el entrenador, que debía vigilar en las concentraciones del equipo las costumbres morales de los jugadores, prohibir el juego por dinero y la permanencia de personas extrañas o familiares en las concentraciones, establecer un régimen alimentario a los jugadores, prohibirles fumar, y sugerir un once titular a la comisión mixta

Como secretario de la comisión mixta, actuó el directivo de Talleres Carlos Mojana, mientras que como tesorero lo hizo su par de Lanús Francisco Gómez. Dicha comisión, fue presidida alternadamente por el presidente de Talleres, Lorenzo Lainatti, y el mandatario de Lanús Antonio Rotili.

 

El entrenador

De común acuerdo, la comisión mixta había resuelto en su reunión del miércoles 14 de marzo designar al ex futbolista internacional Fleitas Solich, como director técnico de los equipos de primera y segunda de la Unión. Manuel Fleitas Solich era un “centrehalf” –actual volante central- nacido en Paraguay y que había vestido la camiseta de su selección nacional, a la que dirigió posteriormente a su paso en Talleres. De destacadisima trayectoria como entrenador,  llegaría a dirigir al Real Madrid en 1960, y a clubes como Flameno, Atletico Mineiro, Corinthians, Olimpia y la selección peruana.

 

La previa del primer partido

El periódico local “La Idea”, publicó en su edición 901 del sábado 17, algunas consideraciones sobre el encuentro que se disputaría en el marco de la primera fecha del torneo de Primera División, en Timote y Rosales. “Reina gran expectativa entre los aficionados: el team que por imposición de los piratas del football han debido formar en conjunto los club Talleres y Lanús, deberá enfrentar mañana en la cancha local, al poderoso elenco de Racing. La casualidad ha querido que fuesen los albicelestes- cuyo presidente es el autor de todos los atropellos cometidos contra los club chicos- los primeros que han de bajar a la cancha de una de sus víctimas, donde no deben suponer que se los reciba como amigos (…) para que el lance se desarrolle sin dificultades, sería conveniente que el referee designado constituya una garantía de honestidad, pues ya sabemos a que conducen las actuaciones de muchos de ellos.

 

La Unión recibe a Racing Club

Finalmente el 18 de marzo de 1934, la Unión Talleres-Lanús jugó su primer partido frente a Racing. Hoy se cumplen 86 años de aquella jornada. “La Idea” en su edición 902 del 24 de marzo, tituló “La Unión, perdió un partido que con un poco más de suerte, habría ganado”. El domingo, la cancha de Talleres se vistió de fiesta. La visita de Racing trajo una pléyade de entusiastas aficionados, ávidos de presenciar las primeras escaramuzas del campeonato de 1934. Había verdadera expectativa por ver al team de la Unión. Cuando estos aparecieron, luciendo vistosos uniformes, una cerrada ovación los recibió. No ocurrió lo mismo con Racing, que debió soportar, según anticipábamos, una estruendosa silbatina. No pasó de ahí la protesta de los asociados de la Unión. Quien supuso que se originarían incidentes, se equivocó. Hasta el célebre Malbec –presidente de los visitantes- asistió al encuentro acompañado de varios facinerosos que le guardaban la espalda. Eso se llama tener cola de paja…

Unión Talleres- Lanús: Luis Vissini: Luis Villa y Sabino Coletta: José Andrade, Marcos Encina y Jorge Titonell: Juan Penner, Anselmo Pintado, Alberto Lorenzo, Juan Meraldi y Francisco Pusino.

Racing: Juan Bottaso: Aurelio Gundín y Marcial Rodríguez: Antonio De Mare, Angel Serramía y Francisco Garrafa: Demetrio Conidares, Vicente Zito, Alfredo Devicenzi, Vicente del Giúdice y Roberto Bugueyro.

Arbitro: Enrique Liñeyro  |  Cancha: Talleres   |  Recaudación: 6.897$    |  Público: 12.000 personas

Goles: Pt 9’ y 23’ Del Giúdice. St 10’ Bugueyro, 14’ Zito, 31 y 43’ Pintado, 33’ Lorenzo.

Incidencias: Lorenzo y Villa desviaron sendos penales.

 

Sobre la actuación de los futbolistas locales, “La Idea” describió: “Los jugadores locales no lograron entenderse en casi todo el match. Se hizo visible en la delantera la falta de un hombre como Zubizarreta, que aunque lento, hubiera dado al team la unidad que le faltó. Una enfermedad impidió que jugara Inchausti, quien nos parece superior a Encina. Visini, que actuó con dos backs para él desconocidos en su modalidad de juego, estuvo inseguro. La pareja de backs no nos disgusta, sobresaliendo netamente Villa. Si en lugar de Coletta jugaría Villavicencio mejoraría la zaga. El debut de Andrade, el famoso “Olímpico”, fue auspicioso. Carece de ligereza, pero su colocación lo hace un half discreto. Encina, pese a su fama, no satisfizó. Quitó poco y apoyó deficientemente. Titonell sigue siendo el half insustituible que todos conocemos. Su multiplicidad y recursos son excepcionales.

Penner fue poco empleado en el primer tiempo, pero en el segundo se le dió juego y respondió. Es un elemento que tiene condiciones. Pintado fue un forward complejo. A pesar de haber sido poco eficaz, marcó dos lindos goles. Lorenzo actuó como desconectado de sus compañeros. Faltó comprensión con sus insiders. Meraldi comenzó actuando bien, decayó después, poseyendo un juego un poco enredado. Por último, Pusino no justificó su inclusión. Precipitado y falto de noción en los momentos finales, dio por tierra con los esfuerzos de su compañero Meraldi.

La campaña

La Unión realizó una mala campaña: obtuvo la duodécima colocación sobre un torneo – a tres ruedas- de 14 equipos. Jugó 39 partidos y sumó 27 puntos, producto de 8 victorias, 11 empates y 20 derrotas. Marcó 50 goles a favor y su valla fue vencida en 81 ocasiones. Juan Alberto Penner fue el goleador del equipo con 17 goles señalados.

 

La disolución de la Unión

El fracaso económico del campeonato, hizo “recapacitar” a los clubes grandes. Al año siguiente, se devolvió la categoría a Tigre y Quilmes, y se deshizo las fusiones entre Talleres y Lanús, y Argentinos Jrs- Atlanta.

La memoria del Club Atlético Talleres de 1935, deja asentada la posición de nuestra institución: “es ya conocida por todos los señores asociados la resolución de la asamblea de la A. del F.A. , que reconociendo el error que se había cometido al decretarse la fusión de algunas instituciones, entre ellas la de nuestro club, resolvió la separación de ambas entidades. Por tal motivo, Talleres a partir de febrero de 1935, obtuvo su justa independencia, anhelo de todos sus asociados.

 

El resultado económico financiero

En las consideraciones generales de la memoria de la Unión Talleres- Lanús de 1934, se detalla que “dicho período trajo aparejadas a las molestias propias de una fusión de fuerza, una fusión que todos bien conocemos que fue una obligación de hecho impuesta en forma de arbitrariedad, justamente con el desequilibrio total de las finanzas que redundaron en perjuicio de la situación económica del Club Atlético Talleres. Los datos principales de ingreso y egreso de los medios financieros de la ex unión Talleres- Lanús, prueban un déficit de 12.483$mn en el período correspondiente a marzo de 1934 y enero de 1935.

 

Informe e investiagación: Ariel Cappelletti / Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.