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Club Atlético Talleres

Hoy se cumplen 92 años de la primera victoria de Talleres en Timote y Castro.

Un 29 de mayo, pero de 1927, Talleres vencía 3 a 1 a Defensores de Belgrano en el marco de la undécima fecha del torneo de Primera División de la Asociación Amateurs Argentina de Football y obtenía los primeros dos puntos en la nueva cancha de Timote y Castro.

 

Un poco de historia

Talleres había llegado a la máxima categoría del fútbol argentino tras una brillante campaña en la intermedia de 1925, cuando se consagró campeón invicto y tras vencer a San Telmo 1 a 0 el 22 de noviembre de ese año, se ganó el derecho de actuar en primera división.

Por aquellos años, existía una división en el fútbol argentino: por un lado, la Asociación Argentina, comandada por el Dr. Aldo Cantoni, y por otra parte, la Asociación Amateurs presidida por el Dr. Beccar Varela. Talleres formaba parte de la Amateurs. Finalmente, la mediación del entonces presidente de la nación, Marcelo Torcuato de Alvear, permitió la unificación del fútbol argentino en 1927. En el torneo de ese año participaron 34 equipos, 26 clubes provenientes de la A. Amateurs y 8 instituciones de la A. Argentina. Se jugó a una sola rueda y Talleres tuvo una colocación irregular, al alcanzar el vigésimo segundo puesto con 27 puntos, producto de 10 victorias, 9 empates y 14 derrotas. Marcó 32 goles y vencieron su valla en 38 ocasiones.

 

Talleres, local en Timote y Castro

El elenco albirrojo tenía su cancha en la manzana delimitada por las calles Azara, Machado Méndez y San Martín, al menos desde 1915. Una vez conquistado el ascenso en 1925, la preocupación de la directiva de Talleres –presidida por Lorenzo Lainatti- era resolver el tema del field: no solamente había vencido el contrato de arrendamiento del terreno, sino que había fallecido Don Martín Fernández, su propietario original y los herederos de Fernández habían decidido a partir de marzo de 1926 el remate de las tierras. Una comisión de directivos albirrojos realizó tres entrevistas con la sucesión de Fernández, para discutir condiciones y precio para la compra de los terrenos. El elevado precio de los mismos, sumado a la pavimentación y construcción de veredas de las calles aledañas – costo que tendría que afrontar el club, hizo imposible la operación.

De todas maneras, se llegó a una solución favorable. La viuda de Martín Fernández ofreció los terrenos ubicados en la intersección de la calle Timote y Avenida Rosales. El club convocó a una Asamblea Extraordinaria el 5 de febrero de 1926 y se resolvió, por parte del Talleres Futbol Club, la adquisición de las dos manzanas de terrenos ubicadas por la calle Timote, desde Rosales a Azara (actual Lituania), en la suma de 90.000$ pagaderos en 120 mensualidades sin interés, debiendo abonarse por tal concepto 750$ mensuales. Además, con el objetivo de tomarse el tiempo necesario para la construcción de la nueva cancha, se llegó a un acuerdo respecto del field de calles Azara, Machado Méndez y San Martín y se abonaron 144$ mensuales en concepto de alquiler, contrato que venció el 31 de diciembre de 1926.

Para afrontar los distintos gastos y erogaciones que supuso la compra de los nuevos terrenos, la comisión directiva – de acuerdo al mandato otorgado por la Asamblea del 5 de febrero de 1926- emitió una serie de acciones Pro-campo de deportes, que logró la inscripción de 340 personas con un total de 638 acciones, 5 de ellas abonadas al contado y habiéndose recaudado según el registro de la memoria y balance del club de 1926, 6.232 pesos al 31 de diciembre de ese año. Las comodidades para los socios y simpatizantes albirrojos en el viejo field, constaban de una tribuna de 25 metros de largo por 21 escalones y 70 metros de asientos de maderas. Sin dudas, que se realizó un esfuerzo notable para afrontar la nueva realidad deportiva, que tenía a Talleres entre los mejores equipos del fútbol argentino, y para la cual el club debió adaptarse a las circunstancias, tal como lo especifica la memoria de 1925, en palabras del secretario del club Guillermo Pyke: “ Por lo pronto, les adelanto que será este año de mucha labor, se ha proyectado y resuelto con ese fin un vasto programa de trabajo: emisión de acciones, festivales varios, rifas, torneos, partidos, Kermeses, funciones, etc, pero es indudable que para el mejor éxito de esta empresa, la Comisión Directiva por tener que atender la administración del club, resulta exigua, y es entonces que cada uno de vosotros contribuirá moral y materialmente a la feliz realización de la pesada tarea y del serio compromiso que nos hemos echado encima.”

En enero de 1927, de acuerdo al registro de la memoria del club de ese año, comenzó el traslado de todas las instalaciones al nuevo campo de juego, propiedad de Talleres, habiéndose realizado previamente una serie de trabajos para dejarlo en condiciones y dotándolo en la manzana que no ocuparía el campo de juego principal, de una cancha para las divisiones inferiores. El periódico local “La Idea”, en su número 533 del 15 de enero, da cuenta del arribo de la vieja casilla de madera al nuevo terreno: “continúan con actividad los trabajos que se realizan en el nuevo field del Talleres F.C. con el propósito de terminar las obras antes que la nueva temporada se inicie. La casilla, la vieja y casi histórica casilla, fue transportada entera hasta su nueva ubicación”.

De acuerdo al periodista Ulises Méndez, el traslado de la casilla comenzó el lunes 3 de enero de 1927, y finalizó el miércoles 12, por la calle Martín Fernández (actual Quirno Costa), con la ayuda de un caballo. En cada esquina se realizaba un fogón, guitarreada y asado.

 

Los primeros partidos en nuestra nueva cancha

 

El domingo 10 de abril de 1927 Talleres jugó su primer partido oficial en Timote y Castro (foto). En el marco de la cuarta fecha del torneo de ese año, igualó 1-1 con San Isidro con gol de Fernando López. Dos semanas después, el elenco albirrojo recibió a Gimnasia y Esgrima (La Plata) y cayó 0-2, en el cotejo válido por la sexta fecha. La particularidad de la caída albirroja estuvo en el segundo tiempo, cuando José Ravizza se retiró del campo de juego tras una discusión con su compañero de zaga Nicodemus Allan. La octava fecha determinó que Talleres reciba en Timote y Castro por primera vez a Lanús. Fue victoria para el clásico rival, que el domingo 8 de mayo se impuso 2-0 sobre el elenco de Remedios de Escalada.

Talleres disputó la novena y décima fecha en condición de visitante, por lo que recién el domingo 29 de mayo actuó nuevamente como local, recibiendo a Defensores de Belgrano. Aquella tarde, el once albirrojo formó con; Ángel Bosio: Nicodemus Allan e Ignacio Bulla: José Monetta, Diego Carreras y Enrique Serramía: Idelfonso Morales, Fernando López, Angel Lombardi, Luis Zubizarreta y Carlos D’Abatte. López a los 26’ y Lombardi a los 31’ del primer tiempo adelantaron a Talleres en el marcador, ampliando Lopez la ventaja al minuto de la segunda parte.

La Idea, en su edición nro.552 del viernes 4 de junio , se refirió al encuentro: “ Nuestro vaticinio sobre el partido que el domingo pasado disputaro Talleres y Defensores de Belgrano en el field del primero, se cumplió ampliamente. A pesar de no repetir los locales las brillantes performances de otras ocasiones, lograron un triunfo lógico, que pudo traducirse en un mayor número de goles, si en el segundo tiempo en lugar de inútiles gambetas, se hubieran empeñado los delanteros en aumentar el haber (…) En ese sentido, López el ex centrodelantero de la intermedia, aunque fue el menos técnico de los cinco delanteros, se reveló como el hombre de mas provecho. D’Abatte, que volvió a integrar el cuadro, jugó con mucha mas eficacia que su predecesor, logrando armonizar su juego con el de Zubizarreta, que se lució aunque no estuvo a la altura de sus antecedentes. Lombardi repartió el juego conscientemente e hizo un magnífico gol de cabeza. Morales como siempre, jugó con entusiasmo y eficiencia.

La defensa fue el punto flojo del equipo, fracasando la línea media: Moneta volvió a defecciona, lo que indica que tienen gran necesidad de un descanso. Serramía mal y Carreras poco efectivo. Los tres halfs volvieron a cometer el error de jugar muy replegados, rompiendo así la trabazón de las líneas. Allan bien, y Bulla regular. Bosio en la custodia de su valla volvió a demostrar que es insustituible.

 

Informe e investigación: Ariel Cappelletti – Dpto. de Prensa y RR.PP C.A.Talleres -

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Timote y Manuel Castro - Remedios de Escalada - Buenos Aires
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